The first step after defining a new strategy for the hotel focused in nonfamily tourists was to rename it. The nature of the hotel was about to change entirely and we did not want the brand to be affected by its previous history on the internet.
El nuevo naming debía incluir los artículos para tener un carácter más poético, como si fuera una frase o el título de un libro. También queríamos que el naming realzara la naturaleza dual y el contraste, que eran el motor del proyecto y de la nueva arquitectura. También queríamos hablar de conexión, por lo que la conjunción "y" era fundamental para nosotros. Las palabras balcon (balcón) y mar (mar) se utilizaban a menudo para establecimientos, apartamentos y restaurantes en los años 60 y 70. Queríamos algo diferente. Queríamos algo diferente. Las palabras clave debían definir el carácter de la marca y ayudarla a tener una presencia fuerte en Internet. Así nació la marca La isla y el mar.
La isla tiene una naturaleza salvaje, viento, volcanes y mar. Nuestra idea para la marca era lograr una identidad que contrastara y a la vez complementara la arquitectura. El diseño aporta al proyecto una percepción más cálida, manteniendo al mismo tiempo un carácter moderno. Por eso decidimos hacer una tipografía personalizada -caracteres únicos y manuscritos- con un trazo sólido y pesado utilizando mayúsculas.
Sobre la obra de arte al fresco: Al principio del proceso, nos pidieron que creáramos una obra de arte para el techo del restaurante. Trabajaríamos en esta obra de arte, una interpretación contemporánea de los frescos clásicos con un carácter poético y simbólico, durante los dos años y medio siguientes. La obra consiste en una tela retroiluminada de 212 m2 con más de 15 escenas y 140 personajes que representan las principales experiencias vitales de la vida: la creación, el amor, el nacimiento, la soledad, la juventud, la enfermedad, la locura, el deseo, la muerte, la amistad, el paso del tiempo, la desesperación, la lucha, el amor propio, el subconsciente, la conciencia, la oscuridad, la espera, la fe y la belleza. Los personajes se mezclan de forma pura y minimalista con coloridos objetos geométricos y la fauna local.
La instalación estuvo visible al público desde 2015 hasta 2020, cuando se retiró la última mitad tras la renovación del bufé.